MISERICORDIA:
Es una manifestación del amor evangélico y la disposición ante las necesidades del que sufre, se manifiesta en amabilidad, escucha, generosidad, solidaridad, comprensión, perdón y reconciliación (Cfr. Mt 5,7 y 25, 31-46)
“Felices los compasivos porque obtendrán misericordia” (Mt. 5,7)
LIBERTAD:
Capacidad de tomar decisiones fundada en la verdad, que iluminada por la fe, conduce al rechazo del pecado y a la apertura a la gracia, acogiendo plenamente las inspiraciones del Espíritu Santo (Cfr. Jn 8, 31-36; Rm 6, 18-23)
“La verdad os hará libres” (Jn 8,32)
ORACIÓN:
Encuentro del hombre con Dios en el que dialoga con Él, participa de sus dones y recibe la gracia para traducir en actos concretos de fe, esperanza y amor los acontecimientos cotidianos de la vida (Cfr. RTOR 5; 2R V, 1 - 2)
“Oh alto y glorioso Dios, ilumina las tinieblas de mi corazón” (San Francisco)
PUREZA:
Virtud que consiste en amar a Dios con alma y corazón limpio, y evitar en cuanto sea posible los pecados que cometemos. Se manifiesta en la transparencia nítida y plena de la huella de Dios en nosotros, reflejo de su belleza (Cfr. Mt 5,8; CIC 2517-2519; 1R XXII, 26; Adm. 16,2; PNPF II, 4)
“Alma limpia, corazón puro y cuerpo casto” (Cfr. Mt 5,8 Oración a San José)
FRATERNIDAD:
Experiencia cercana, cordial, cariñosa, delicada y alegre de unidad con el hermano, que se fundamenta en el amor a Cristo, por lo que nos reconocemos y sentimos hermanos e hijos de un mismo Padre dispuestos a realizar fielmente la voluntad de Dios como misión común (Cfr. CC1984, 16; CC2008, 77).
“Que todos sean uno como Tú Padre en Mí y Yo en Ti” (Jn 17,21)
MINORIDAD:
A ejemplo de Jesús, que siendo rico se hizo pobre, para que fuéramos colmados de la riqueza de Dios, Francisco nos invita a vivir en actitud de servicio y desprendimiento a fin de compartir con los demás los dones que de Dios hemos recibido (Cfr. 1R, 8 y 9).
“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11,29)
ARMONÍA CON LA NATURALEZA:
Compromiso de promover el cuidado y defensa de la vida y la naturaleza, al estilo de San Francisco, amándola, respetándola y reconociendo que toda la creación es obra de Dios y casa del ser humano (Cfr. Sal.8, CIC 337-344, Cánt).
“Loado seas mi Señor por todas tus creaturas” (Cant 3)
PAZ:
Como fruto del Espíritu Santo, consiste en establecer relaciones armónicas con Dios, las personas y los demás seres de manera respetuosa. Es vivir interiormente en una actitud cristiana para asimilar los dones de Dios y entregarnos a trabajar por el bien y la prosperidad de los demás, al modo de San Francisco quien fue un hombre e instrumento de paz (Cfr. Lc 10, 5; CIC 2304, 2305; 2R 3-13).
“El Señor te de la paz” (San Francisco)