Amado Señor, en este año jubilar, tu Provincia “Nuestra
Señora de la Paz” eleva su voz al cielo, reconociendo que
en tu Providencia nos creaste en el corazón de tu Iglesia,
en las entrañas maternas de nuestra congregación HFIC,
con la misión de reparar tu viña.
Has sembrado y cuidado esta semilla, nos has hecho
crecer y florecer en medio de alegrías, sufrimientos y
esperanzas.
Te damos gracias por la vocación, por cada fraternidad y
cada uno de los apostolados en los que te gozas
repartiendo tu bondad y misericordia, en donde podemos
cumplir el sueño de amarte y servirte, siendo reflejo de tu
ternura. ¡Gracias por el inmenso bien que podemos realizar
con nuestras frágiles manos!.
¡Gracias por las Madres que nos han precedido en el
encuentro contigo y nos han dejado huellas profundas de
entrega generosa, de sencillez y humildad!.
¡Gracias por cada una de nuestras familias y bienhechores
que siempre han estado a nuestro lado para apoyarnos con
la oración y otras ayudas oportunas!.
Te pedimos que nos sigas acompañando y haciendo
florecer numerosas y santas vocaciones para que juntos
extendamos tu reino.
Te presentamos los proyectos que con tu bendición
anhelamos alcanzar.
Danos la gracia de dejarnos moldear como el barro en
manos del alfarero y de vivir en fidelidad, siendo dóciles a
tu voluntad, acompañadas de la siempre Virgen María,
Nuestra Señora de la Paz. Amén.
María Reina de la Paz... ruega por esta
Provincia que lleva tu nombre.
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Paz y bien